Integrando el lado oscuro de la fuerza
Seguramente se sintió tentado de leer este artículo por lo extraño del título. Sin ser explícitos, ya sabemos que este podría ser alguna enseñanza mística propia de esa famosa saga de películas, en donde, existen dos lados de una única energía poderosa, el lado claro y el oscuro de la fuerza.
Si bien la historia que envuelve a esa producción es fascinante, no deja de esconder y esbozar una realidad aun más grandiosa. Pero no les voy a hablar ni de Dios ni de religiones, los quiero invitar a reflexionar acerca de esa fuerza única, que integra todo, tanto la luz como la oscuridad. Una polaridad no puede existir sin su contraparte, de lo contrario no tendría sentido diferenciarse de otras. Esas fuerzas están en cada uno de nosotros e integrar ambas de manera equilibrada dará como resultado una vida más coherente con nuestro proyecto de vida.
El bien y el mal
Arquetípicamente consideramos que aspectos relacionados con “ser buenos” es a lo que debemos aspirar para alcanzar algún premio, logro, o consecuencia post mortem, relegando al “lado oscuro” aspectos como la agresividad, la violencia o el enojo, por considerarlos como algo negativo y digno de ser erradicado de nuestras vidas. Así, el padawan -entiéndase como aprendiz- se constituye como un ser que trabaja controlando y reprimiendo algunas de sus emociones, clasificándolas como buenas y malas. Algo así como ejercitar una mitad del cuerpo, y que al momento de utilizarlo solo un costado tenga musculatura desarrollada.

Integrando las fuerzas
Reflexione en lo siguiente, si las polaridades son el opuesto de su contraparte, esto quiere decir que, dicha polaridad es solo el cincuenta porciento de un todo, en este caso una “fuerza”. Entonces, si nos polarizamos en solo un aspecto de esta fuerza, estamos desechando todo otro aspecto rico en recursos que, en consecuencia existen y están presentes por alguna razón. Aquí es donde me gusta decir la frase “no es bueno ser 100% bueno”, o como decía Carl G. Jung “prefiero ser un hombre completo, a ser un hombre bueno” (Jung. s.f.).
Los peligros de la sombra y el lado oscuro
Aterrizando estas ideas y sacándolas del universo cinematográfico, cuando renegamos de aspectos que no nos gustan de nuestra personalidad, no es que estos se destruyan o pierdan en un pozo sin fondo, todo esto se va a la habitación o bóveda que llamaremos “sombra”, y que llegado el momento -menos propicio- nos terminará por explotar en la cara en forma de furia, enojos y “oscuridad” que no reconocemos como algo nuestro.
Recursos como tesoros
Expuesto lo anterior, no pretendo incitar al lector a pasarse al “lado oscuro de la fuerza”, sin embargo, lo invito a integrar de manera positiva aspectos considerados como negativos, como podría ser la agresividad. La agresividad bien utilizada nos puede servir para proteger a nuestra familia o a nosotros mismos en muchos niveles contextuales: discusiones, peleas, asaltos, etc. Todos tenemos estos rasgos y son necesarios en nuestra vida. De forma similar de que a veces somos amables y dóciles, otras es necesario ser agresivos y poner límites claros. Ya se que esto le puede estar “haciendo ruido” en su cabeza y está bien, solo lo invito a que lo considere.
Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino.
Carl G. Jung
La sombra, como toda energía no se destruye, solo se transforma, y en este caso se acumula convirtiéndose en resentimiento inconsciente que, más temprano que tarde, termina por aflorar en nosotros o en forma de las personas y circunstancias. Constantemente la “vida” me pondrá ante situaciones que no deseo vivir y mucho menos enfrentar, y hasta que no las hagamos conscientes y las integremos, volverán en forma de destino.
Referencia
- Jung, C. G. (s.f.). Ideas sobre la individuación.