La resonancia del espejo: ¿cómo aprovechar esta potente ley?
¿En qué consiste la poderosa ley del espejo?
La ley del espejo se basa en que las personas con las que nos relacionamos son un reflejo de nosotros mismos. Lo que vemos en los demás suele ser un aspecto propio que solemos juzgar o no aceptar.
Es como si el universo nos pusiera delante un espejo para mostrarnos qué debemos sanar. Los demás actúan como espejos que reflejan partes nuestras.
¿Cuáles son los 4 principios de la resonancia del espejo?
- Todo lo que te molesta, irrita, enoja o quieres cambiar en el otro, está dentro de ti.
- Todo lo que me critica, combate o juzga el otro, si me molesta o hiere, está reprimido en mi y me toca trabajarlo.
- Todo lo que me critica, combate o juzga el otro, sin que me afecte, le pertenece a él.
- Todo lo que me gusta del otro, lo que amo y admiro en él, también está dentro de mi.
¿De qué forma atraemos lo que rechazamos de nosotros mismos?
Este primer principio señala que cuando rechazamos o juzgamos algún aspecto nuestro, inconscientemente atraemos a personas que encarnan eso que no aceptamos.
Así tenemos la oportunidad de mirar cara a cara ese lado nuestro y sanar esa herida o inseguridad emocional. Pero, ¿cómo funciona exactamente este mecanismo?
Supongamos que alguien se considera una persona pacífica incapaz de violencia. Sin embargo, en su interior alberga ira y agresividad reprimida por miedo a expresarla.
Debido a que esa persona rechaza enfáticamente la agresividad, terminará atrayendo y relacionándose con individuos violentos. Inconscientemente resonará con personas que sacan a la luz ese lado suyo negado.
Otro ejemplo es cuando nos creemos perfectos y rechazamos los defectos propios. Entonces atraeremos a seres muy imperfectos que nos confronten con nuestra sombra, mostrándonos que la perfección no existe.
Del mismo modo, si consideramos que los demás abusan de nosotros, significa que en nuestro interior hay una dinámica de víctima. Y seguiremos atrayendo abusadores y manipuladores mientras no disolvamos esa creencia victimista.
La ley del espejo se encarga así de poner delante de nosotros aquello que aún no hemos integrado ni aceptado. Se nos brinda la posibilidad de reconocer y expresar sanamente esa parte oculta.
Al integrar ese aspecto rechazado, la frecuencia de atracción cambia. Dejamos de atraer situaciones desafiantes para reflejar lo no asumido, y atraemos personas y eventos más afines a la verdadera esencia.
Lo que reprimimos o negamos tiene mucho poder sobre nosotros. Solamente cuando lo reconocemos y abrazamos completamente, se disuelve ese rechazo interno, elevamos la vibración y atraemos relaciones más satisfactorias.
¿Cómo aprovechar la ley del espejo en pareja?
En las relaciones de pareja esta ley se cumple constantemente. Nuestra pareja suele reflejar tanto nuestras luces como nuestras sombras.
Nos muestra los aspectos que tenemos más integrados en nuestra psique y también las heridas emocionales o rasgos que aún no hemos sanado.
Por ejemplo, si tenemos baja autoestima o no nos valoramos lo suficiente, puede que atraigamos a personas que no nos tratan como merecemos. O que tiendan a menospreciarnos o descalificarnos.
Del mismo modo, cuando alguien se siente insignificante o no visible, tenderá a atraer parejas que le ignoren o no le den la atención que precisa.
Si nos creemos imperfectos y llenos de defectos, resonaremos con alguien hipercrítico que refuerce esa dinámica de autocrítica excesiva.
Todas las parejas son un espejo que refleja luz y sombra. Lo importante es aprovechar sabiamente esos reflejos, en lugar de reprochar al otro su comportamiento.
Podemos preguntarnos: «¿qué rasgo mío se está reflejando en esta situación?» para sanar esa inseguridad y recuperar el poder personal.
Al reconocer la correspondencia y disolver el patrón mental-emocional que atrae esa pareja, renovamos los votos con nosotros mismos y atraemos una relación más plena y reciproca.
De este modo, en lugar de reprochar o querer cambiar a la pareja, esta ley nos invita a transformarnos internamente. Al hacerlo, nuestra realidad externa también se transforma.
¿Cómo sanar heridas emocionales gracias a esta ley?
Cuando comprendemos que los demás son un espejo, dejamos de culparles por lo que nos hacen o dicen. En su lugar, podemos aprovechar esos reflejos para mirar en nuestro interior y descubrir qué está resonando en esa frecuencia.
Los demás resuenan con alguna herida, miedo o necesidad dentro de nosotros. Si logramos identificarla y sanarla, nuestra realidad externa cambiará.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos a alguien que atrae constantemente parejas que le engañan y le son infieles. Según la ley del espejo, esa atracción se debe a alguna herida interna suya.
Quizás en su niñez vivió abandono por parte de sus padres. O no recibió la consideración y la validación emocional que precisaba. Como resultado, desarrolló inseguridad afectiva y miedo al abandono.
Mientras esa herida siga sin sanar, seguirá atrayendo parejas que le abandonan o traicionan, resonando con esa frecuencia interna de «no soy digno de amor».
Al reconocer la vulnerabilidad subyacente, puede emprender un proceso de autoconfianza y autovaloración. Al disolver esa dinámica mental-emocional, atraerá una pareja que le trate con respeto y aprecio verdadero.
La ley del espejo nos brinda una oportunidad invaluable para asumir la responsabilidad de sanar esas heridas que aún duelen. Nos invita a reconocer nuestra grandeza interior más allá de las historias limitantes.
Y es a través de ese proceso de auto-reconocimiento y auto-sanación que renovamos nuestra realidad exterior.
¿De qué modo cambiar tu realidad modificando tus vibraciones?
Según la ley de resonancia, cambiando pensamientos y emociones limitantes o negativas y elevando nuestras vibraciones, atraemos una nueva realidad acorde a nuestro estado interior.
Si queremos un cambio en nuestro mundo exterior, debemos iniciarlo primero en nuestro mundo interior. Transformando creencias y sanando el alma, nuestra vida se transformará.
Veámoslo con un ejemplo. Supongamos que alguien atrae constantemente malas situaciones económicas por sus creencias limitantes sobre el dinero y la abundancia.
Quizás lleva el mensaje familiar o social de que «el dinero es escaso», «ganar dinero es difícil», «solo unos pocos privilegiados tienen abundancia», etc.
Mientras resuene con esa frecuencia de escasez, seguirá atrayendo problemas financieros, deudas y falta de oportunidades. Es la ley de atracción respondiendo a su vibración interna de «no hay suficiente».
Sin embargo, al tomar conciencia de esa dinámica mental-emocional, puede transformar esas creencias restrictivas. Puede sembrar pensamientos más empoderadores, que afirman que el Universo provee, que hay abundancia para todos, que se merece prosperidad.
Al modificar así su diálogo interno, nutrirse de gratitud y fe en lugar de miedo y duda, empezará a atraer nuevas oportunidades, relaciones generosas y una creciente prosperidad material y espiritual.
Esta es la magia de cambiar nuestra frecuencia vibracional interna: automáticamente atraemos una nueva realidad, nuevas posibilidades que se alinean con ese estado de conciencia superior. Se cumple así esa máxima: «cambia tus pensamientos y cambiará tu mundo».
3 claves para aplicar la ley del espejo y beneficiarte de ella
Para resonar en una frecuencia más elevada y atraer las relaciones y situaciones deseadas, es importante:
- Asumir la responsabilidad de lo que atraemos y dejamos entrar en nuestra vida.
- Identificar el mensaje detrás del espejo, para aprovechar el reflejo y sanar.
- Soltar el control y confiar en que el proceso nos lleva al crecimiento.
No podemos cambiar a los demás, sólo transformarnos a nosotros mismos
Es vital comprender que cuando juzgamos o rechazamos algún reflejo, en realidad estamos rechazándonos a nosotros mismos.
Al asumir que todo reflejo nos pertenece, aprovechamos esa retroalimentación para evolucionar. Cuando modificamos pensamientos limitantes y sanamos emociones reprimidas, nuestro mundo exterior cambia.
Espero que este artículo te ayude a comprender y aprovechar la ley del espejo y sus 4 principios. Usa los reflejos a tu favor para impulsar tu desarrollo personal.